Las últimas dos finales

Cuando restan 6 puntos por jugarse, Plaza Colonia mira con respeto aunque con optimismo esta recta final de este Clausura 2008.
El elenco de Alejandro Méndez visita a Racing y termina en casa recibiendo a Boston River, tal vez el encuentro más fácil de lo que le tocó enfrentar en el sprint final de la temporada. Se sabe que no podrá contar con Martín Piñeiro, ya que el juvenil volante de Tarariras fue expulsado ante Rocha por el árbitro Marcelo López y deberá cumplir con la suspensión.

Habrá que ver el resto de los tocados si evolucionan favorablemente y si puede ser de la partida Osvaldo Carro en el once titular.

Si le ganan a Racing el sábado en Montevideo habrán dado un salto muy grande hacia la clasificación para la promoción por el tercer ascenso.
Se trata de un partido con mucho morbo, pues hay que vencer al campeón del Apertura en su propio feudo y demostrar que la capacidad de reacción existe.

Racing viene de caer frente a Sportivo Cerrito sobre la hora y quedarse sin el liderazgo del torneo, además de perder el invicto de 29 partidos sin conocer la derrota. El conjunto placista debe seguir jugando estos dos partidos como si fuesen finales, tal cual lo sabe cada uno de los futbolistas y de ser posible, con la impetuosidad con la cual se salió a jugar en el Ubilla de Melo ante Cerro Largo en lo que fue una de las mejores demostraciones de fútbol que dio el equipo en esta temporada.

Se jugó mal ante Rocha el sábado pasado, es cierto, pero también hay que reconocer que se trataba de un rival directo que lucha por lo mismo y con las mismas armas que tienen ambos.
Hoy, Plaza Colonia es un equipo más confiable que hace varias fechas atrás cuando enfrentó a Sportivo Cerrito.

Y éste es un detalle futbolístico que importa. El propio presidente Milton Gonnet se muestra satisfecho por los puntos conseguidos, pero también sabe que se está sufriendo más de la cuenta y que el final de la historia sigue siendo incierto. Lo importante es que la autocrítica existe y se intentará hacerlo para traer una victoria desde Montevideo que determine tranquilidad.